La historia de una chica que se sentaba al principio de la clase y siempre levantaba la mano para contestar. Una con la mirada limpia y la mente turbia. Una que tenía la cualidad de no hacerse visible sino cuando era imprescindible. Una que aspiraba, por encima de cualquier otra cosa, a levitar como una pompa de jabón. Leve e irrisoria.
Esta es la historia de una chica que aprendió a volar con plantas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario